lunes, 22 de agosto de 2011

RENUNCIAMIENTO DE EVITA


En las elecciones generales de 1951 fue la primera vez que las mujeres pudieron presentarse como candidatas. Debido a su gran popularidad la presentación de la candidatura de Eva Perón era entonces un hecho inevitable. El movimiento obrero comprendió rápidamente que la candidatura de Evita al cargo de Vicepresidenta de la Nación, acompañando a Perón, significaba un fortalecimiento notable del sector sindical en el gobierno peronista. La audaz jugada desató una aguda lucha interna en el peronismo e intensas gestiones de los grupos de poder, en la que los sectores más conservadores presionaron fuertemente para evitarlo. Simultáneamente a este proceso Evita desarrolló un cáncer de útero que acabaría con su vida en menos de un año.
En ese contexto, el 22 de agosto de 1951 se produjo el Cabildo Abierto del Justicialismo convocado por la Confederación General del Trabajo. La reunión convocó a cientos de miles de trabajadores y trabajadoras en la esquina de Belgrano y 9 de Julio y constituyó un hecho histórico fuera de lo común. En su transcurso los sindicatos le pidieron a Evita que aceptara la candidatura a vicepresidente. Tanto Perón como Evita tomaron sucesivamente la palabra para sugerir que los cargos no eran importantes y que ya Evita ocupaba un lugar superior en la consideración de la población. A medida que las palabras de Perón y Evita ponían de manifiesto las fuertes resistencias que despertaba su candidatura, la multitud empezó a exigirle a Evita que la aceptara allí mismo. Incluso en algún momento alguna voz en la multitud le exigió a Perón:
¡Deje hablar a la compañera Evita!
En un notable diálogo con la multitud (abajo), Eva Perón parecía vacilar y pidió cuatro días para pensar:
Evita: (hablando a la multitud y a Perón) Hoy, mi general, en este Cabildo Abierto del Justicialismo, el pueblo preguntó que quería saber de qué se trata. Aquí ya sabe de qué se trata y quiere que el general Perón siga dirigiendo los destinos de la Patria.
Pueblo: ¡Con Evita! ¡Con Evita!
Evita: Yo haré siempre lo que el pueblo quiera. Pero yo les digo que así como hace cinco años he dicho que prefería ser Evita, antes que la mujer del presidente, si ese Evita era dicho para aliviar algún dolor de mi Patria, ahora digo que sigo prefiriendo ser Evita. La Patria está salvada porque la gobierna el general Perón.
Pueblo: ¡Que conteste! ¡Que conteste!
Espejo (CGT): Señora, el pueblo le pide que acepte su puesto.
Evita: Yo le pido a la Confederación General del Trabajo y a ustedes, por el cariño que nos profesamos mutuamente, para una decisión tan trascendental en la vida de esta humilde mujer, que me den por lo menos cuatro días.
Pueblo: ¡No, no, vamos al paro! ¡Vamos a la huelga general!
Evita: Compañeros, compañeros...yo no renuncio a mi puesto de lucha. Yo renuncio a los honores. (llorando) Yo haré, finalmente, lo que decida el pueblo. (aplausos y vivas) ¿Ustedes creen que si el puesto de vicepresidenta fuera un cargo y si yo hubiera sido una solución no habría contestado ya que sí?
Pueblo: ¡Contestación! ¡Contestación!
Evita: Compañeros, por el cariño que nos une, les pido por favor que no me hagan hacer lo que no quiero hacer. Se los pido a ustedes como amiga, como compañera. Les pido que se desconcentren. (La multitud no se retira) Compañeros...¿Cuándo Evita los ha defraudado? ¿Cuándo Evita no ha hecho lo que ustedes desean? Yo les pido una cosa, esperen hasta mañana.
Espejo (CGT): La compañera Evita nos pide dos horas de espera. Nos vamos a quedar aquí. No nos movemos hasta que nos dé la respuesta favorable.
Evita: Esto me toma de sorpresa. Jamás en mi corazón de humilde mujer argentina pensé que podía aceptar este puesto... Denme tiempo para anunciar mi decisión al país en cadena… (Finaliza el acto)
La multitud gritó reiteradamente "No" y propuso una huelga general. Evita volvió a insistir varias veces, incluso llorando.
Finalmente volvió a pedir dos horas, diciendo: Yo siempre haré lo que diga el Pueblo.
Fue la primera vez que las mujeres votaron en las elecciones nacionales en Argentina. A tal efecto Evita recibió la Libreta Cívica Nº 00.000.001.
La multitud entendió esas palabras como un compromiso de Eva Perón de aceptar la candidatura y se retiró. Sin embargo, nueve días después, Eva habló por radio para informar que había decidido renunciar a la candidatura. Ese momento es recordado por los simpatizantes del peronismo como Día del Renunciamiento.
Por supuesto que la deteriorada salud de Eva Perón resultó a la postre un factor determinante del fracaso de su candidatura a vicepresidente. Sin embargo ello no impidió que la propuesta de la CGT pusiera en evidencia las luchas internas en el peronismo y en la sociedad, ante la eventualidad de que una mujer apoyada por los sindicatos pudiera ser elegida vicepresidenta y eventualmente incluso presidenta de la Nación. Un mes después se produjo el primer intento de golpe de estado contra Perón dirigido por el General Benjamín Menéndez.
En las elecciones que se llevaron a cabo el 11 de noviembre de 1951 Evita había sido operada seis días antes y debió votar en su cama del hospital.